El futuro está virando hacia el Software as a Service. Lo vemos en nuestro día a día. Cada vez consumimos más servicios en vez de productos, porque priorizamos nuestras necesidades y tiempo. La vida cotidiana no puede estar desconectada del ámbito corporativo y menos para las compañías de los próximos años, las GenC Companies. Empresas en las que su fuerza reside en trabajadores habituados a integrar en sus hábitos las últimas tendencias tecnológicas.
El paso de las aplicaciones monolíticas tradicionales a los software como servicio es algo natural. Un paso evolutivo que supone enormes beneficios para las corporaciones como un ahorro considerable de costes, infraestructuras, conocimiento y experiencia.
Es cierto que no se puede obviar el hecho que el SaaS lleva implícito unos retos a los que necesita hacer frente y que no se daban en las versiones tradicionales. Aspectos como la seguridad, la privacidad o el data Governance son fundamentales para que esta transición de un enfoque de producto a servicio tenga sentido y valga la pena.
Pero estos retos no tienen que ser más que desafíos para la mejora continua, pero no un obstáculo o una excusa para quedarse en lo conocido. Las tendencias hablan y el SaaS está cambiando la manera en que el software se construye y se comercializa, y que podemos ver con claridad en el ámbito privado desde hace años. Ahora es el turno para que el SaaS cambie la manera en que las empresas operan con las nuevas Enterprise Apps.
Si queréis saber más sobre cómo es nuestra visión del Software as as Service, no dejéis de consultar nuestro Whitepaper Enterprise SaaS.