El crecimiento de la economía del conocimiento significa que debemos pensar de manera diferente sobre cómo nos acercamos al lugar de trabajo.

EL CONOCIMIENTO ES EL COMBUSTIBLE PARA LA INNOVACIÓN

La industria de servicios, se basa en personas que piensan para ganarse la vida; cuyas ideas, conocimientos, experiencia y relaciones forman el quid de la oferta de su organización a sus clientes. Las organizaciones pueden implementar docenas de sistemas, procesos y tecnologías para ayudar a estos trabajadores del conocimiento a hacer su trabajo.

Si bien es cierto que todos los empleados piensan como parte de su trabajo, para los trabajadores del conocimiento es la calidad del pensamiento, la creatividad y la capacidad de fusionar su conocimiento con el de otros lo que genera valor para una organización. Pero muy pocas organizaciones realmente entienden cómo apoyar a sus empleados para maximizar su mayor activo: sus cerebros.

Ofrecer a los empleados espacios de trabajo diseñados según sus necesidades es posiblemente la herramienta más efectiva que una organización puede ofrecer a sus empleados.

EL LUGAR DE TRABAJO COMO EL FACTOR DECISIVO

También se tienen en cuenta los costes de contratación en el momento de obtener e inducir a los mejores candidatos. Pero luego, estos nuevos empleados se ubican en un entorno que no maximiza las habilidades para las que fueron contratados (su conocimiento) y, en muchos casos, pueden obstaculizar su desempeño.

Diseñar lugares de trabajo alrededor de las necesidades de los trabajadores del conocimiento es un tema que recibe mucha tracción. Y muchos están de acuerdo en que hay mucho valor en centrarse en la experiencia laboral. Sin embargo, hay muy poco en torno a cómo definir, diseñar, mantener y evolucionar realmente el lugar de trabajo para utilizarlo como una herramienta de productividad y rendimiento.

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